Café liofilizado, más amigable con el medio ambiente


Según diversas publicaciones, existen diferencias en los impactos ambientales asociados a la preparación de una taza de café, ya sea por los diferentes tipos de grano o por las máquinas utilizadas para su preparación (calentador de agua, cafetera de goteo o cápsulas).
Sobresale el hecho de que el cultivo del café tiene un efecto mucho más fuerte sobre el medio ambiente que el tipo de maquinaria o método de preparación y se recomienda a quienes deseen disfrutar de una taza de café cuidando el medio ambiente, adquirir un producto que presente una distinción ecológica[1].
La información del cultivo cambia significativamente de acuerdo con la cantidad de trabajo que se realiza en la plantación y el uso o no de fertilizantes, plaguicidas y combustibles para la maquinaria agrícola.
Esta primera consideración hace parte de los diversos aspectos de un balance ambiental que investigue y evalúe los impactos ambientales de la taza de café finalmente preparada; un análisis conocido como Ciclo de Vida del Producto.
El siguiente es un análisis de una taza de café, donde la muestra proveniente del mismo cultivo se comparó dentro de cada uno de los siguientes procesos de preparación:
– Café Liofilizado – calentador de agua eléctrico.
– Café tostado y molido – cafetera de goteo
– Café tostado y molido – cápsula y máquina
Las operaciones de manufactura, el empaque, el transporte, la fase de preparación y la disposición final de residuos, fueron otros factores que se tuvieron en cuenta.
Se comprobó que el uso de café liofilizado permite aprovechar de una manera más eficientemente el café cultivado, dado que, para preparar una taza de café se requiere aproximadamente la mitad de los granos que regularmente se usan con café tostado y molido. Ello implica menos fertilizantes y hectáreas de cultivo, reduciendo en la misma proporción la huella ecológica de dicha taza.
Adicionalmente, aunque el café liofilizado requiere más energía durante la fase de elaboración que las otras dos alternativas, los requerimientos de energía para empaque, transporte y preparación final hacen que el consumo energético total sea 1,5 veces más alto en la alternativa de café por goteo y 1,3 veces mayor en el caso de las cápsulas.
Una de las etapas de fabricación de café liofilizado en Buencafé considera la separación de la parte del café que no es soluble, dejándola disponible para generar energía. Cuando se utiliza café tostado y molido para preparar una taza, los residuos no solubles generalmente se desechan como basura y en el caso de las cápsulas forman un residuo más complejo compuesto de café, plástico y aluminio. La descomposición de estos residuos en un relleno sanitario genera gases de efecto invernadero, o en su defecto contaminación del agua.
Mientras que el uso de la borra en la producción del café liofilizado evita la generación de 1.25 g de CO2eq / taza de 100 ml, los residuos de cafetera o máquina de cápsulas generan 0.83 g de CO2eq / taza de 100 ml. Ello significa que, por cada taza preparada a partir de café liofilizado, se dejan de emitir 2.08 g de CO2eq a la atmosfera. Escalando dicha cifra en un contenedor de 40’ con café liofilizado, está implícita una disminución de 22 Ton CO2eq respecto a café tostado.
A lo largo de los años Buencafé ha mantenido sus políticas de protección del medio ambiente, desde sus actividades de aprovisionamiento de la materia prima hasta la comercialización de sus productos. Igualmente ha sido pionera y se ha destacado en mantener y mejorar sus controles ambientales, lo que hace que el producto Buencafé sea un café bueno para todos.