La fascinante cultura Japonesa del café


La historia de la llegada del café a este lugar, las elegantes cafeterías especiales y los cafés tradicionales o kissaten, los expertos en preparación como el sifón y el goteo manual y las particularidades del consumo de café en Japón, entre otras cosas, han hecho de este país una de las culturas cafeteras más fascinantes del mundo.
La preparación japonesa del café ha tenido unos efectos de gran alcance en la modernidad. Para algunos expertos, el café japonés exhibe el extraordinario cuidado que se tiene durante el proceso que va de la rigurosa selección del grano hasta el óptimo nivel de tostado y molido, y finalmente la técnica de quien lo prepara.
Merry White, profesora de Antropología de la Universidad de Boston, y autora del libro Coffee Life in Japan (University of California Press), señala que los cafés han sido espacios importantes en la sociedad japonesa desde mucho antes del boom impulsado por Seattle. Ella lleva más de 40 años estudiando la vida cotidiana en los cafés de Japón. Según White, a diferencia de otras importaciones como el traje de gala para hombres o la mesa del comedor, que conservaron sus tintes occidentales, el café se naturalizó muy pronto. De ser utilizado como medicamento a finales de los años 1500, pasó a considerarse una bebida para el placer unos años después.
Kachiichakan, en Tokyo, fue la primera cafetería registrada en Japón y se fundó en 1888. En esta época, Brasil ya había elegido a Japón como su principal mercado extranjero objetivo. Luego, en 1907, el grupo Paulista se establece en Tokyo y Osaka como la primera cadena de Café del mundo. Fue todo un éxito. Sin embargo, para la profesora White, los conocedores de hoy prefieren las cafeterías independientes sobre las cadenas.
La cultura del café en Japón ya se había consolidado en 1970. Merry White afirma que en esa época era común encontrar tres o cuatro cafeterías por manzana en cualquier ciudad importante de ese país. Hoy se pueden encontrar menos, pero es el lugar al que se va. Para White, visitar las cafeterías es algo casi inconsciente, es como respirar.
En las cafeterías especializadas, cada vez es más común el café espresso. Pero en un Kissaten, en Japón, lo más probable es que los visitantes se encuentren con la experticia de la preparación manual. “En una buena tienda es como un ballet. Es simplemente hermoso de ver”, dice la profesora White.
Los Kissaten se reconocen por sus estilos retro: la decoración y el mobiliario son elementos propios de los años 50 y 60. El ambiente puede ser nostálgico, pero cómodo y los ritmos no son tan acelerados como en las cafeterías modernas. El goteo manual es una de las principales ofertas de un Kissaten, y puede que en algunos de estos lugares nunca se vea una máquina de café espresso.
Michie Yamamoto, propietaria de Tandem Coffee en Toronto, también destaca lo fascinante que puede ser la visita a un Kissaten. Para ella, el ambiente es increíble, hay clientes habituales, de años, personas que todas las mañanas van a charlar mientras toman un café y se fuman algunos cigarros. Para Yamamoto, el kissaten es toda una exhibición de tradición, una experiencia maravillosa que no es posible encontrar fácilmente en otra parte.
Dentro de las culturas cafeteras refinadas y de tendencia mundial, los kissaten son lugares en los que prima lo artesanal y la buena experiencia del cliente.
Entre los conocedores, la cultura japonesa del café se reconoce cada vez más como una importante fuente de inspiración.
Fuente: http://bit.ly/2NIp8Kx